“El mayor objetivo es formar seres humanos libres aptos para establecer por sí mismos metas y direcciones  para sus vidas”.

La misión de la escuela primaria es tender un puente desde la infancia hasta la juventud. Durante los años de la escuela primaria, la tarea del educador es traducir todo lo que el niño necesita conocer sobre el mundo al idioma de la imaginación. El niño tiene deseo de descubrir el mundo, es el momento para educar la «inteligencia sensitiva».

El plan de enseñanza acompaña las etapas evolutivas del niño respetando las necesidades que cada una de ellas presenta y que conlleva un conocimiento profundo del hombre.

La mañana comienza con diferentes “Rondas”. En cada uno de los salones,  según el grado y la época a trabajar, se realizan de manera rítmica una serie de movimientos y ejercicios con versos, ritmos palmeados y/o zapateados, poesías, canciones, etc. que dan inicio a una primer “hora principal”.

La enseñanza se organiza por épocas, con una duración de tres o cuatro semanas aproximadamente donde se  aborda y profundizan un área de trabajo, por ejemplo matemática en la hora principal. Concluida esa época se comienza con la siguiente, Lengua y también desde diferentes enfoques se trabaja en esa materia. Esta alternancia de contenidos facilita el aprendizaje y permite que el niño se nutra de la vivencia de aquella área para luego retomar con más impulso en otro momento del año.

El objetivo pedagógico en nuestra escuela no hace hincapié únicamente en el contenido y la formación intelectual sino en crear las condiciones necesarias para una clase atractiva que cautive el alma del niño y colabore en la educación de la voluntad y de las emociones.

La tarea del maestro es  construir puentes hacia el conocimiento mediante experiencias llenas de vida. Es por esto que el maestro plantea los diferentes contenidos de aprendizaje de manera artística,  desde las imágenes arquetípicas. Los relatos que cada mañana el maestro cuenta a los niños están estrechamente ligados a la etapa evolutiva que están atravesando y cobran un gran sentido y son un “alimento” anímico-espiritual necesarios para un pleno crecimiento.

El maestro enseña con la consciencia de que debe desarrollar en cada niño el pensar, el sentir y la voluntad.

Además se fomentan durante toda la escolaridad actividades artísticas que están estrechamente relacionadas con los contenidos o ejes temáticos de cada grado.

Con respecto a la evaluación, el maestro realiza durante todo el ciclo lectivo un registro narrativo (crónicas) de cada niño que es entregado a los padres al finalizar el año. De esta manera se intenta no generar  competitividad en el grupo y valorar el proceso por el cual el niño transita más que los productos parciales.

Las materias especiales que acompañan la escolaridad en la escuela primaria son: Labores, música, educación física, inglés, euritmia, huerta, teatro.

También a partir de 6º grado comienzan a asistir por la tarde una o dos veces por semana a diferentes talleres que complementan el trabajo del maestro y que sirve como práctica para la futura educación secundaria. Algunos de ellos son: construcción, carpintería, modelado, orquesta,  agricultura, etc.