PREPARÁNDONOS PARA LA KERMESSE… ¿Por qué regalamos juguetes naturales?

Desde que nace el niño hasta los seis o siete años de su vida, está entregado, con una enorme apertura, a todas las vivencias de su entorno. Todas las impresiones actúan profundamente en el interior de su organismo, ejerciendo una influencia sobre las funciones y estructuras orgánicas que se están desarrollando a esta edad. (…) Es decir, que en el interior del niño van configurándose los órganos bajo la influencia que van marcando las experiencias en su entorno.

Para que esto pueda suceder con la mayor tranquilidad y fuerza posible, es necesario poner mucho cuidado, especialmente en todo lo referente a los colores, los sonidos, los juguetes y el entorno humano. El pensar que como niño de esta época ya debería irse acostumbrando a todo, va totalmente en contra de las verdaderas leyes del desarrollo y del crecimiento del niño. (…) Se debiera dar una gran importancia a la calidad de los materiales en los juguetes. Pensando en las formas de los órganos que se están modelando en el niño, parece que los objetos del mundo orgánico fuesen los más adecuados para ellos. La gran variedad de formas, la constitución de las superficies, el peso diferente de cada objeto, es algo que no se puede superar con ninguna otra cosa, y que supone, además, una verdadera satisfacción para la sensibilidad tan enorme de los niños. Es más, con las cosas sencillas, se le da al niño la posibilidad de desarrollar, de muchísimas maneras, su actividad interior y su imaginación.

Dentro del grupo de los juguetes que podemos llamar “naturales”, se encuentran aquellos que han sido trabajados manualmente, ya sea tallados o cosidos. Pensando el significado que tiene el desarrollo de la imaginación, estos pueden estar trabajados del modo más sencillo y bonito posible.

juguetes

Jaffke F.  “Juguetes hechos por los padres”