
El miércoles previo a la fiesta de los farolitos del jardín, en el parque hubo una fiesta llena de niñas y niños, madres, padres, hermanas y hermanos reunidos en banquete, felices y amontonados.
Volvimos a encontrarnos y una vez más, luego de dos años de abstinencia, pudimos hacer que nuestros hijos e hijas vieran que en comunidad se trabaja más y mejor, que colaborando, co-creamos, manifestamos amor y respeto.
El invierno trae los farolitos y también trae la invitación a que miremos para adentro, y sintamos que esto es lo que necesitamos: estar juntos, recordando que el espíritu de la escuela somos todos: niñas, niños, docentes y familias reunidos en armonía. Trabajando con nuestras manos y nuestro corazón.
El miércoles pasado, el parque de jardín fue una fiesta. Entre todos avivamos la llama de este gran farol que nos guía desde hace muchos años y nos vuelve a mostrar el camino.
Loli Calcaño, mamá de Esmeralda, Rosa y Lorenzo