
Uno de los hitos del cuarto grado es la llegada de la lapicera de tinta… Como todo en la Pedagogía Waldorf, y como en la vida misma, la llegada de la lapicera de tinta es el punto culminante de un largo proceso. En esta época, vivenciamos las distintas instancias de la expresión pictórica escrita de la historia de la humanidad, comenzando por las pinturas rupestres, los pictogramas, la escritura cuneiforme, los jeroglíficos, la escritura china, las runas vikingas, los primeros alfabetos fenicio y griego, hasta nuestro alfabeto actual. Qué gran emoción es vivenciar lo que la humanidad atravesó en su evolución! Es caminar los pasos de los que caminaron primero… Y al hacerlo nos volvemos más humanos. Almas humanas que recorren el camino humano.
Utilizamos distintos materiales, creamos nuestras propias tinturas, usamos pinceles, tinta china, palitos de caña y pluma de ganso… Estamos listos para el momento culminante: ya podemos recibir la lapicera de tinta. Y concluyendo la mitad de la primaria (mitad de cuarto grado), podemos escribir «como los grandes», porque poquito a poco nos vamos adentrando en esta tierra para llegar a ser ciudadanos del mundo…
Oh, alma humana
¡Alégrate!
Tu puedes comunicar
lo que sientes
lo que piensas
lo que realizas.
Cuando dibujas,
cuando cantas,
cuando te mueves,
cuando escribes,
cuando hablas…
Oh, alma humana
¡Alégrate!
Maestra Florencia